Entrevista a Nadina Barbieri
Aguatrae: Nadina, si tuvieras que definir qué es una biblioteca popular ¿qué dirías?
Nadina Barbieri: Mirá, cuando fue la última asamblea de elección de la Comisión Directiva, todos los que integramos la Comisión nos hicimos esa misma pregunta. Por eso yo no te puedo dar una definición personal, porque en este caso a la definición de Biblioteca la estamos construyendo entre todos y día a día. Yo te puedo contar lo que yo respondí en ese momento: aparte de un lugar de encuentro, de un lugar para informarse, para encontrarse con los libros, para estudiar, la Biblioteca tiene que ser un lugar de referencia para todo. Incluso para lo que creemos que no tienen nada que ver con una institución de estas características. Pero no el edificio en sí. Mi idea es que la Biblio salga a la calle. Hemos presentado proyectos en CONABIP, que es el organismo que financia a las bibliotecas populares, para que la biblio viaje en bondi, para que vaya a los barrios, para que esté en la calle. O sea que, además de los 30 mil ejemplares de libros que tenemos, además de las computadoras, la bebeteca, la sala de lectura y los más de diez talleres que ofrecemos, la biblio es parte activa de las actividades de afuera.
At. ¿Qué es una bebeteca?
N.B. Una bebeteca es un espacio para los chicos de 0 a 4 años, quienes, acompañados de sus papás o de las seños del jardín, vienen a encontrarse con la palabra. Los chicos están llenos de palabras, se las transmitimos en las canciones de cuna, en las rondas; les contamos historias de personajes, les describimos paisajes, olores, gustos, texturas. La bebeteca, entonces, es para ellos y todo el espacio está adaptado para que lo habiten: desde los sillones hasta la alfombra, la altura de los estantes, los libros que están puestos de frente y no de costado. En fin, es la primera bebeteca de las Sierras Chicas y la verdad es que está super solicitada.
At. ¿Cómo se sostiene, cómo se financia una biblioteca popular?
N.B. La Comisión Nacional de Bibliotecas Populares envía subsidios anuales a todas las bibliotecas populares del país. La nuestra, como alcanzó la categoría “A” hace algunos años, recibe el subsidio mayor de los que entrega CONABIP. Gracias a ese subsidio podemos ofrecer talleres aprobados previamente por la Comisión: cada año se presentan proyectos de talleres ante CONABIP y, en caso de ser aprobados, la Comisión envía los fondos para su realización. Además, todos los años viajamos a la Feria del Libro de Buenos Aires a comprar libros con un 50% de descuento, viaje y descuento que financia CONABIP. Pero en nuestro caso, el principal sostén económico de la biblio es la cuota de los socios.
At. ¿Cuál es el precio de la cuota?
N.B. La cuota es de $35 mensuales por grupo familiar. Y tenemos además un acuerdo con la Cooperativa de Agua por el cual, todo socio de la Cooperativa que tenga el medidor a su nombre, puede debitar la cuota de la biblioteca de la misma factura que paga mensualmente de agua, sin costo adicional. Solamente llenando una ficha, con el pago del agua se abona por el mismo precio, la cuota de la biblioteca. Además, todos los socios de la biblio tienen un 10% de descuento en todos los talleres que ofrecemos.
At. ¿Qué talleres se están ofreciendo en este momento?
N.B. En este momento se está dando un taller de Crochet; un taller de comics llamado “Animarte a dibujar”; un taller de animación a la lectura, narración y escritura creativa llamado “Leer para contar”, destinado a chicos/as desde los 6 años; el taller “Adultos 2.0”, destinado a enseñar las primeras herramientas de Internet a personas mayores de 50 años; y el taller “Música grupal”, destinado a adolescentes en el horario de los viernes a las 18 hs, y a jóvenes y adultos, el mismo día a partir de las 19 hs. Además hacemos talleres afuera de la Biblio: por ejemplo, el taller “Más lectura, más creatividad”, que se dictó todos los viernes de abril a junio en la posta sanitaria de Barrio Los Vascos. Este taller fue gratuito, financiado por CONABIP, y recibió el apoyo de la Cooperativa de Agua y Servicios Públicos de Río Ceballos y del Centro Vecinal de Barrio Los Vascos.
At. Se dice que cada vez los chicos leen menos. ¿Qué opinás vos sobre esta creencia popular?
N.B. Sí, eso se repite mucho. Creo que tiene que ver con la idea de que todo tiempo pasado fue mejor. Una vez estaba dando un taller de animación a la lectura y les pregunté a los papás que estaban presentes cuántos de ellos tenían en ese momento un libro empezado en la mesita de luz. De treinta que había, levantaron la mano tres o cuatro, o sea... Los chicos no leen si no les ofrecemos cosas que puedan interesarles. Pero además, sí leen: leen letras de canciones, leen recetas, leen horóscopos, leen mensajes en el teléfono… hay que encontrar eso que los pueda atrapar.
Actualmente la comisión directiva de la Biblioteca Popular Sarmiento está integrada por un grupo de dieciséis personas, siendo Nadina Barbieri, presidenta; Mirta Dotti, vicepresidenta y encargada de catalogar los libros en el sistema DIGIBEPE; Valentina Rojas, secretaria; y Celeste Gómez, tesorera. Los horarios de atención de la biblioteca son de lunes a viernes de 9 a 13 y de 16 a 20 hs, y los sábados de 10.30 a 12.30. Y los horarios de la Bebeteca, Sala Infantil Otto Gónzalez, todos los, sábados de 11 a 12.30 hs.
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Río cuentero
Río cuentero es un espacio comunitario para escuchar y contar historias. Se realiza el tercer viernes de cada mes, a las 19 hs en la Capilla vieja. Es gratuito, y la consigna es llevar mate y criollos para compartir.
Rehabitar la palabra
Pocos días después de que los mayores damnificados de la inundación del 15 de febrero fueron evacuados en el Hotel 18 de marzo, la Biblioteca Popular Sarmiento se acercó a ofrecer lo que tenía para dar: palabras. Nadina cuenta esta experiencia con los ojos llenos de lágrimas, y la verdad que cualquiera la escuche va a sentir, también, los ojos inundados. Durante cuatro meses la biblio fue cada semana a encontrarse con los chicos que permanecían evacuados. Entre botellas de agua apiladas, colchones, frazadas y preocupaciones miles, llegaban Nadina Barbieri y Valentina Rojas a conversar, a narrar, a estar con los chicos. Al principio, la consigna fue, obviamente, crear mundos sin inundaciones: palabras como “agua”, “mojarse” o “barro” no se decían. Y, desde luego, los chicos se sumaban contentos a ese rato del día con luz y sin agua. Pero, como todo límite, un día se tuvo que franquear: entre juegos de ronda y canciones populares, comenzó a sonar “cu-cú, cu-cú, cantaba la rana”, y sí, la respuesta era “cu-cú, cu-cú, debajo del agua”. Y durante un rato, durante lo que duró la ronda, el agua no fue una amenaza.
Así, de apoco y en ronda, fueron saliendo las cosas mojadas al rayo del sol. Hubo la historia de un conejo muy querido que se fue con el agua, hubo películas y manzanas acarameladas con pororó, hubo alumbramiento un 18 de marzo, sí, justo ese día, de Milagros, hija de una familia evacuada. Y en junio, a pocas semanas de que terminaran de irse los últimos evacuados, el taller llegó a su fin. Enroscados en un abrazo caracol que dura todavía, Nadina y Valentina saludaron a los chicos. Pero no con un chau, sino con una palabra-puente que habitan juntos desde entonces, con una palabra-puente que el agua no se va a llevar.