Volvió el baile, y estuvo Bueno

Agustin Mingorance
Aguatrae tuvo su corresponsal en la actuación de Ulises Bueno en Río Ceballos. Una crónica de Agustín Mingorance que te transporta directamente al centro del baile.
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El pasado jueves 21 de julio volvió el cuarteto a Río Ceballos después de una larga temporada sin bailes populares. En el marco de los festejos del Día del Amigo, Ulises Bueno actuó con su banda en el Polideportivo Municipal y, según cuentan los vecinos que asistieron entusiasmados a la convocatoria, “estuvo mortal”.

El evento, tal vez el hecho cultural más importante en lo que va del año, atrajo a una verdadera multitud. Estuvieron todas las caras, desde las de nena y de imberbe de los pibes que aparentaban no pisar los 18, hasta las de los cincuentones que ya pintan canas y aún así bailaron toda la noche con toda la cancha del mundo.

A nadie pareció molestarle hacer la fila enorme que iba desde el Poli hasta las canchas de básquet mientras golpeaba el frío de la helada en plena madrugada invernal -infernal sobre todo para los chicos que fueron de remera-. Y valió la pena hacerla, porque adentro el clima era muy diferente: adentro estuvo mortal.

Lo primero que dejó en claro el show es que Ulises no es menos Bueno que su hermano y que hoy está en un gran momento, para muchos ocupando legítimamente el segundo puesto en el cuarteto cordobés después de la Mona. Su último CD “Soy”, además de haber instalado temas que suenan todo el día en radios y fiestas, fue premiado recientemente con un Gardel de Oro.

Ulises llenó el Poli en lo que fue una de sus primeras presentaciones en la vuelta de sus vacaciones y resultó impactante verlo arriba del escenario con esa onda tan particular: gorra de visera ancha, barba, campera de cuero y guante en la mano izquierda.

Según los organizadores asistieron cerca de dos mil personas. Y claro, entre tanta gente te cruzabas a todos: vecinos de la zona, ex compañeros, parientes, etc. El dato que hizo evidente que medio pueblo estaba allí fue la presencia de media plantilla de choferes del colectivo urbano –es de suponer que se trata de los que manejan a la tarde-.

Fue “alto baile” la verdad: Ulises tocó durante cuatro horas con tres intermedios, desde la una hasta las cinco de la mañana. Entre el público cada uno hacía su ronda por la zona de los bailarines hasta el bufette. Y entre las rondas se destacaban las filas de chicas solteras que vuelteaban al ritmo de la música.

Si bien tocó más temas nuevos que clásicos, algunos hicieron estallar la algarabía de la gente, como el ya consagrado “Dale, vieja dale”. Los momentos clímax “zarpados” se dieron cuando interpretó los últimos hitazos: "Intento", "Qué culpa tengo yo" y "Gabriela". Dos mil personas bailaron descontrolado y cantaron al unísono las letras: “Inteeento volar pero no llevo alas” gritaban apasionados acompañando el canto de Ulises, y más de uno aprovechó el momento para, ahora sí, sacar a bailar a alguna chica. “No me sueltes porque vuelo, no me quieras porque quiero, daaame”, sonaba de fondo mientras una parejita se cantaba mutuamente con las manos aferradas. Cerca de las cinco Ulises cerró la noche con “Soy”, poniéndole la cuota final de emoción a un baile que, al decir de uno de los asistentes,“tuvo mortal, waso”.

Pasado el evento cabe destacar el hecho de que después de un largo período la Municipalidad volvió a habilitar el Polideportivo para la realización de un baile. Quien firma esta crónica espera que esta clase de propuestas continúen, ya que forman parte de la identidad cultural de Río Ceballos y éxitos como éstos lo demuestran.

Baile de Ulises Bueno en Río Ceballos
Baile de Ulises Bueno en Río Ceballos