MEGACAUSA LA PERLA: La lucha de los familiares de desaparecidos de las Sierras Chicas

Diego Menoyo
Ante  la inminencia del dictado de la sentencia el día 25 de agosto en el Juicio de la Megacausa La Perla, donde están incluidos muchos detenidos desaparecidos de nuestra Ciudad, quisimos  realizar una pequeña entrevista a algunos de los Familiares querellantes de la zona. 
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Silvita Vergara Falik, hija de detenidos desaparecidos, querellante en la Megacausa La Perla, vecina de las Sierras Chicas.

Aguatrae: ¿Qué expectativa tenés con respecto a la sentencia? ¿Considerás que el juicio es realmente una reparación histórica?

S.V.F.: ¿Expectativas?  Más que expectativas abro la pregunta y la pregunta se abre. ¿Qué pasará cuando den la sentencia? ¿Qué pasará en mí y que le pasará a mis hijos, y a los niños, y jóvenes que habitan este suelo?
Yo vi llorar tirado en la cama devastado a Osías (el abuelo que me crió, nacido en Polonia) pensando en sus padres asesinados por Hitler en los campos de concentración en Europa y por su hija secuestrada por los militares en Argentina. Los humanos somos tan tercos…  miles de años repitiendo los mismos errores, tomando la vida tan irrespetuosamente.
Quiero creer que la sentencia me encontrará parada en una bisagra:“Si, esto sucedió, es parte de nuestra historia”; luego juzgamos, consideramos que no está bien, que no puede volver a pasar. Quiero creer que los seres nuevito podrán crecer en libertad y con respecto. ¿Será demasiado pedir? ¿Utopía? Ojalá….

Aguatrae: Han pasado casi 40 años de la desaparición forzada de tus padres, sin lugar a dudas las vivencias de estos años han sido muchas y variadas, ¿Te has sentido acompañada o aislada por la sociedad y tus vecinos durante esos años?

S.V.F.: El tema es complejo. Cuando era chica todo estaba muy distorsionado, la sociedad vivía una esquizofrenia basada en la mentira, la complicidad de los medios de comunicación, el miedo…. se sabía pero no se quería saber, o no se sabía del todo, o se sabía pero no se soportaba… “Hija de desaparecidos” decía yo en la primaria. ¿Hija de qué? Con los años las cosas fueron cambiando y la pregunta se volvió asombro. “Hija de desaparecidos, ¡oh!”. En la última década, gracias a las políticas de estado en DDHH la imagen del desaparecido se resignificó, se comenzó a ordenar la historia, se nombraron las cosas por su nombre. La historia como memoria se construye entre todos, si no alguna pieza falta…

Aguatrae: Tus padres fueron detenidos y desaparecidos por sus luchas e ideales, ¿considerás que  estos ideales aún siguen vigentes? ¿O creés que después de tantos años las transformaciones sociales ocurridas le han quitado actualidad?

S.V.F.: La coyuntura actual es muy extraña para mí, y creo que para varios de lo que siguen buscando un poquito más allá. Es duro escuchar al quiosquero, al verdulero, al vecino, influenciados por los medios de comunicación y la corriente del discurso, decir “estos negros de mierda… a mí no me van a sacar plata para darle a los pobres…” etc. Buen trabajo han hecho los que manejan las masas a nivel mundial, pues es evidente la vuelta facista en el pensamiento general por estos tiempos. Confío en los ciclos de la humanidad, y que luego vendrá una explosión de claridad, de poder pensarnos en plural, que siguen a épocas de sumisión, individualismo, oscuridad. Ojalá que así sea, pero sin derramar sangre…. Gracias papá, gracias mamá, su enseñanza está. Que el mundo sepa que hay bellezas fuertes y amadoras, que siempre estarán en la voz de los niños que cantan, en la piel de los niños que bailan, imparables, incallables. Lo que fue será; será belleza, será justicia.


María del Carmen Torres, esposa de detenido desaparecido, querellante en la Megacausa La Perla, vecina de las Sierras Chicas.

Aguatrae:  ¿Qué expectativa tenés con respecto a la sentencia? ¿Considerás que el juicio es realmente una reparación histórica?

M. C. T.: Las expectativas son muy altas, en todo los querellantes y en todo un amplio sector de la población, que a esta altura conoce cuál fue la dimensión de los crímenes del terrorismo de estado en nuestra patria y en nuestra provincia. Aunque sabemos que probar todos y cada uno de los crímenes ha sido una tarea ciclópea, y que no en todos los casos las pruebas son contundentes, sobre todo por el carácter clandestino y de ocultamiento con que actuaron las fuerzas represivas. Aunque estamos muy satisfechos con lo logrado, pues, específicamente en nuestro caso, el hecho de haber logrado un trabajo de investigación que llevamos al juicio como testigos hizo posible demostrar que en nuestra zona la represión fue un plan perfectamente orquestado y que no fueron casos aislados, sino que todo estuvo dirigido a terminar con la lucha organizada, sobre todo en el caso de los trabajadores del Frigorífico Mediterráneo, y de todo un grupo de jóvenes que apoyaron esa lucha. El juicio es una reparación histórica y mucho más. El carácter de los crímenes no sólo afectó a la víctimas sino a la sociedad toda. Las marcas y las consecuencias abarcan a todo el tejido social, es por ello que estos juicios son imprescindibles para sanarnos como sociedad y así avanzar en más democracia, más justicia, más ejercicio pleno de los derechos humanos y sociales.

Aguatrae: Han pasado casi 40 años de la desaparición forzada de tu esposo y compañero, sin lugar a dudas las vivencias de estos años han sido muchas y variadas. ¿Te has sentido acompañada o aislada por la sociedad y sus vecinos durante esos años?

M. C. T.: Durante el primer tiempo, indudablemente la mayoría de nosotros nos sentimos muy solos en nuestra situación, aunque siempre hubo solidaridades y apoyos muy valiosos, pero eran hechos silenciosos, casi clandestinos. Con el correr del tiempo, sobre todo a partir de que estos crímenes fueron reconocidos por el Estado, la situación fue cambiando. Hubo una visualización y un reconocimiento social diferente. Pudimos hablar libremente de nuestros desaparecidos y reivindicar su memoria y su lucha.

Aguatrae: Tu esposo fue detenido desaparecido por sus luchas e ideales, ¿considerás que  estos ideales aún siguen vigentes? ¿O creés que después de tantos años las transformaciones sociales ocurridas les han quitado actualidad?

M. C. T.: Sus ideales y sus luchas tienen hoy más vigencia que nunca. Sus ideales de un mundo mejor, más solidario, más justo y más igualitario, no sólo que siguen siendo una aspiración, un horizonte, sino que hoy, las injusticias, las desigualdades y la conculcación de derechos básicos se ha profundizado. Sus ideales, su lucha, tienen hoy más vigencia aún que en los años setenta.


Gabriela Morales, hija de detenido desaparecido, querellante en la Megacausa La Perla.

Aguatrae: ¿Qué expectativa tenés con respecto a la sentencia? ¿Considerás que el juicio es realmente una reparación histórica?

G. M.: Es rara la expectativa, porque el primer juicio fue muy fuerte, fue un quiebre de sensaciones y pensamientos ya que crecimos con el imposible de un juicio. La única posibilidad de condena durante años fueron los juicios por apropiación ilegítima de niños,  que fue una ranura, una filtración que daba algo de esperanza de que los milicos vayan presos. Por eso el primer juicio fue en lo social, trascendente. Hago referencia al juicio del 2008, ya que el juicio de las juntas fue trunco. En lo personal, el hecho de que se pueda hacer justicia por los hechos sucedidos en las Sierras Chicas reconforta el alma, sobre todo porque logramos que no se hable de casos aislados, que es como generalmente la justicia los aborda. Lograr que se hable de las luchas sindicales del Frigorífico Mediterráneo, de un plan sistemático de persecución de la policía local y del aparato militar es un logro como el Parque de la Memoria y, claramente, es una reparación histórica. Crecimos en estos pueblos marginados por ser “hijos de guerrilleros”, “de subversivos”, “del algo habrán hecho”, y un juicio da la posibilidad de hablar de las víctimas que no tuvieron instancia de defensa, que no tuvieron juicio. El Estado terrorista se creyó dueño de la vida y la muerte de las personas, si bien es reparador, todo cerraría con la aparición de los cuerpos y de los bebés, adultos hoy, con identidades robadas. Por eso creo que la búsqueda y la lucha por la memoria, la verdad y la justicia avanzó pero continúa.

Aguatrae: Han pasado casi 40 años de la desaparición forzada de tu padre, sin lugar a dudas las vivencias de estos años han sido muchas y variadas, ¿Te has sentido acompañada o aislada por la sociedad y sus vecinos durante esos años?

G. M.: Aislada, señalada como la diferente. Por ejemplo, mi abuela cuando les llevaron al hijo, al que poca gente le creía que se estaba por recibir de arquitecto por ser de una familia muy pobre, en la Iglesia Católica del pueblo le dejaron de dar la paz en la misa, y muchísima gente nos quitó el saludo, y como vivíamos detrás de la Policía, hasta que volvió la democracia la gente dejó de ir, por miedo o por prejuicio. Era algo de lo que no podíamos hablar, incluso dentro de la casa. Era tema tabú. En la familia Morales mi abuelo era el más grande y siempre se juntaban hermanos y primos. Después que lo llevaron a papá la familia dejó de reunirse. Ya sólo nos veíamos en los velorios.
Cuando se formó H.I.J.O.S. algo se modificó en la familia y en el entorno, recién allí mis tíos y abuelos empezaron a nombrarlo. Y en los últimos años, con el Parque de la Memoria, y con una mirada del Estado Nacional diferente, en el pueblo y en la sociedad algo se modificó en relación a nuestros desaparecidos, que no son nuestros sino que son de todo este pueblo.

Aguatrae: Tu papá fue detenido y desaparecido por su lucha e ideales, ¿considerás que  estos ideales aún siguen vigentes? ¿O creés que después tantos años las transformaciones sociales ocurridas les han quitado actualidad?

G. M.: Creo que algunos siguen vigentes, y la sociedad es otra. Pero el sueño de una Patria Grande, por suerte, pudimos vivirla junto a los gobiernos de Correa, Evo, Chávez, Lula, Néstor, Cristina, Dilma, Lugo. Y ahora, en esta vuelta al neoliberalismo feroz. Considero que debemos inventar nuevas formas de seguir haciendo política, ya que el contexto nacional y mundial es otro, la pérdida de derechos es muy grande y también es diferente al de la década del 70.


Patricia Aldecoa, hija de detenido desaparecido, querellante en la Megacausa La Perla.

Agua Trae: ¿qué expectativa tiene con respecto a la sentencia? ¿Considera que el juicio es realmente una reparación histórica?

P.A.: Nuestra expectativa es que este juicio siente un precedente en la historia argentina, para que no se olvide y no se vuelva a repetir. Sí, consideramos este juicio como una reparación histórica, que después de tantos años de lucha de tantas organizaciones, el testimonio de los sobrevivientes y familiares, el trabajo de los abogados y fiscales, se logró verdad y la justicia para nuestros familiares y amigos.

AT: Han pasado casi 40 años de la desaparición forzada de tu padre, y sin lugar a dudas las vivencias de estos años han sido muchas y variadas. ¿Te has sentido acompañada o aislada por la sociedad y sus vecinos durante esos años?

P.A.: En estos 40 años las vivencias han ido cambiando; en un principio fue un aislamiento por parte de la sociedad en general, vecinos que te preguntaban "¿por qué se llevaron a tu papá?"; o la frase "algo habrán hecho". Con el paso de los años y las nuevas afirmaciones de los derechos humanos, la sociedad fue cambiando en el trato y la forma en que nos veían, aunque aún hoy hay muchas personas que dicen "hasta cuándo van a joder con los desaparecidos ". La mayoría de la población ha tomado conciencia clara de lo que ha sido la represión y el Terrorismo de Estado.

AT: Tu papá desapareció por su lucha e ideales, ¿considerás que  estos ideales siguen vigentes? ¿o creés que después de tantos años las transformaciones sociales ocurridas les han quitado actualidad?

P.A.: Creo que los ideales de esa época murieron con aquella generación. Lamentablemente con las transformaciones sociales a lo largo de los años, se fueron modificando, no sólo las formas de lucha sino también las conductas de las personas, y se fueron perdiendo aquellos valores e ideales por los que se luchaba.